Evidentemente el déficit de atención es responsable de "per se" de dificultades de aprendizaje ya desde el inicio de la etapa preescolar, pero también es frecuente encontrar niños, en los que sus profesores no consiguen la manera de avanzar en el aprendizaje de alguna de las técnicas instrumentales escolares (leer, escribir y calcular). Son pacientes que presentan a nivel comórbido lo que el compañero neuropediatra J. Artigas denomina "desórdenes del aprender".
Según diversos estudios el porcentaje de niños y adolescentes TDAH que presentan trastornos del aprendizaje llega al 60% (Green. M. et al 1999). De acuerdo con esto podemos plantear la hipótesis de que los niños o adolescentes con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad tipo inatento, llegan muy probablemente a mayores porcentajes (Rodríguez Salinas E.et en 2006).
Los trastornos de aprendizaje comórbidos más frecuentes son los trastornos de la lectura, de ortografía, de la escritura y del cálculo, también llamados dislexia, disortografía, disgrafía y discalculia.
Las dificultades más significativas como factor pronóstico en el aprendizaje escolar, son las lectoras. A este nivel destacan en estos niños la presencia de dificultades en la segmentación fonética (capacidad para descomponer las palabras en sonidos), en la lectura visual (reconocimiento de las letras y palabras por su forma) y en la comprensión lectora.
Los niños inatentos presentan habitualmente dificultades en sus adquisiciones lectomecánicas (velocidad lectora) sin hacerse excesivamente evidentes las dificultades lectocomprensivas, cuando éstas sí se presentan y son relevantes debemos siempre de plantear un trastorno disléxico comórbido, otros aspectos que encontramos con frecuencia entre las dificultades escolares de los niños inatentos son sus déficits en expresión escrita y la presencia de una significativa disortografía.