Si bien la anorexia nerviosa es el más conocido de este trastornos, no es ni mucho menos, el más frecuente. En este sentido, es importante que los padres sean conscientes de que la presencia de atracones puede convertirse en un claro indicador de la presencia de un trastorno de la conducta alimentaria (bulimia nerviosa). Sobre todo si estos comportamientos están orientados a compensar los efectos de la sobre-ingestas.
Entre estas conductas compensatorias, destaca el vómito. Los padres pueden sospechar de la presencia de estos si, por ejemplo, después de las comidas, el adolescente se encierra en el baño reiteradamente o se levanta de la mesa sin causa aparente