La ansiedad por separarse de los padres es adaptativa en la etapa entre los 6 y 24/36 meses, en la que el niño se siente inseguro en alejarse de los padres. A partir del momento en que el niño empieza a hablar y socializarse la ansiedad disminuye.
Hay un proceso clínico llamado ansiedad de separación en el que el niño tiene miedo de afrontar la separación de sus padres. Aunque esto puede tener una relativa importancia en la etapa preescolar, ya no es así en la etapa de educación primaria.
Para que un niño / a presente este tipo de alteración emocional deben darse tres de estas situaciones y deben perdurar más de un mes:
- Excesivo malestar cuando sólo piensa en la separación.
- Gran preocupación por perder sus figuras parentales y pensar que puedan hacerse daño.
- Gran preocupación que pueda haber un evento importante que los separe.
- Resistencia a ir a la escuela y / o campamentos escolares.
- Resistencia a irse a dormir sin las figuras parentales.
- Quejas somáticas al separarse de sus padres.
Hay que valorar estos aspectos para diferenciar actitudes fruto de la sobreprotección, de señales de alarma psicopatológica que requieren de intervenciones no sólo educativas.