Nos encontramos con adolescentes, que recurren fácilmente a los robos, así como a las mentiras, de forma reiterada, pudiendo no tener sentido de culpa, con lo cual, sus conductas se repiten en el tiempo, y más si encuentran beneficio al no ser castigados o penalizados, lo cual les refuerza en sus actitudes.
Entre las características de estos adolescentes observamos que:
• Llevan a cabo robos de dinero o de los bienes del hogar, así como de automóviles, o bienes de otras personas.
• A menudo mienten para obtener bienes o favores, o para evitar obligaciones.
• Estafan menudo a otros, creando falsas esperanzas.
• Pueden robar objetos de cierto valor, aunque puede ser sin enfrentamiento con la víctima (por ejemplo: robos en tiendas, pero sin amenazar, intimidar ni destrozar la propiedad).
• Asimismo, pueden haber robos con enfrentamiento con la víctima, atacándola con violencia (bolsos, carteras, etc.), incluyendo la extorsión o el robo a mano armada.
• Pueden hacer falsificaciones
• Los padres de estos adolescentes pueden mostrar falta de autoridad o miedo, tolerando y justificando sin apenas ningún tipo de sanción estos comportamientos
Hay que tener en cuenta que el hecho de acostumbrarse a este tipo de comportamientos, aunque sean leves, ya bien por el hecho de los robos como por las mentiras, puede crear problemas mayores en un futuro inmediato, bien de carácter familiar, social y / o legal, ya que lo que eran hechos puntuales, se convierten en una forma "habitual" de ser y vivir.