Los adolescentes experimentan cambios anímicos inusuales y suelen presentar una significativa labilidad emocional. Pueden sentirse muy felices y "animados" así como mostrarse en ciertos momentos mucho más activos que de costumbre, lo cual no sería un signo de alarma. Sin embargo, la euforia y la excitación excesiva no son lo mismo que los altibajos emocionales que experimentan los adolescentes, son más agudos. Son cambios extremos de humor, del comportamiento y de los niveles de energía, que aparecen aislados como episodios o en combinación con estadios depresivos.
Podemos observar como signos de alarma:
• Sentirse muy felices y eufóricos o hacer tonterías de una manera inusual y sin causa aparente.
• Ponerse repentinamente de muy mal humor sin desencadenante conocido, habitualmente con severas crisis de ira.
• Hablar muy rápido sobre muchas cosas diferentes.
• No tener necesidad de dormir y hacerlo pocas horas, sin sentirse cansados.
• Pensar, hablar y tener mucha más actividad sexual.
• Hacer cosas peligrosas sin ningún tipo de control ni límites.
Si se observan estas características, pueden ser un signo de alarma clínica que habrá que evaluar para poder saber cuál es el desencadenante y hacer un diagnóstico preciso, descartando principalmente trastornos del estado de ánimo o episodios maníacos.