Los delirios y las alucinaciones son los síntomas-riesgo más determinantes en la evolución de un trastorno psicótico incipiente y nos muestran que el adolescente empieza a estar perdiendo el contacto con la realidad. Como ideas delirantes nos referimos por ejemplo a pensamientos recurrentes de que la gente se ría o hable mal de él, pensamientos ocasionales de que los demás están poseídos por alienígenas, o ideas persecutorias.
Las alucinaciones pueden ser trastornos perceptivos simples como distorsiones del tamaño o la forma, o más relevantes, como los trastornos perceptivos auditivos (por ejemplo escuchar voces) y los trastornos perceptivos visuales (por ejemplo ver fantasmas azules por la noche).