En el curso del aprendizaje de los niños no sólo se debe tener en cuenta sus capacidades genéticas o aptitudes inherentes, sino que también juegan un papel importante la escuela con el profesorado y la estimulación de un adecuado ambiente familiar que propicia una favorable evolución académica.
Muchos niños o niñas comentan que se aburren o que no se sienten bien en la escuela, esto puede ser debido a varios factores, entre otros a la forma de reforzar y recompensar a los castigos, al número de alumnos por clase y las relaciones entre ellos, las condiciones materiales, la experiencia y conocimiento del profesorado, el hecho de saber y saber transmitir los conocimientos, las evaluaciones o la simple desmotivación ante el temario asignado. Todos estos factores y otros, deberán ser trabajados, por lo que el hecho de aprender no se vuelva en algo aburrido y rutinario, sino en encontrar su sentido y satisfacción, y por esta razón el trabajo del profesorado es fundamental, para motivar, llamar la atención del alumnado, y saber transmitir los conocimientos de forma correcta y comprensible.
Por otra parte, el trabajo educativo y la influencia del ambiente familiar es básico. Este trabajo debe realizarse desde pequeños, y se deben inculcar buenos hábitos de estudio desde un principio. Algunos de los estilos educativos negativos que más se encuentran en la práctica clínica, son: la sobreprotección, el permisivismo, el perfeccionismo, el abandono o rechazo y la actitud educativa incongruente.
Por último, también resulta muy importantes las condiciones materiales y ambientales que favorecen el estudio, como sería un espacio tranquilo, sin ruidos ni estímulos que faciliten la distracción, un espacio de trabajo correcto con material adecuado y una buena iluminación, entre otros.