Es el período de desarrollo que empieza con el inicio escolar y finaliza con la adolescencia.
A esta edad el niño tiene que salir de su casa y entrar en un mundo desconocido, donde las personas que formaban su familia y su mundo hasta ese momento se quedan fuera. Su éxito o fracaso en este período dependerá en parte de las habilidades que haya desarrollado en sus años de vida anteriores. Este hecho marca el inicio de contacto del niño con la sociedad a la que pertenece, la cual le exige de nuevas habilidades.
Por otro lado, la relación con sus padres cambia iniciándose un proceso gradual de independencia y autonomía, donde aparece el grupo de amigos como un referente importante que se constituye como uno de los ejes centrales de su desarrollo.
En el curso del aprendizaje de los niños no sólo se debe tener en cuenta sus capacidades genéticas o aptitudes inherentes, sino que también juegan un papel importante la escuela con el profesorado y la estimulación de un adecuado ambiente familiar que propicia una favorable evolución académica.
Muchos niños o niñas comentan que se aburren o que no se sienten bien en la escuela, esto puede ser debido a varios factores, entre otros a la forma de reforzar y recompensar a los castigos, al número de alumnos por clase y las relaciones entre ellos, las condiciones materiales, la experiencia y conocimiento del profesorado, el hecho de saber y saber transmitir los conocimientos, las evaluaciones o la simple desmotivación ante el temario asignado. Todos estos factores y otros, deberán ser trabajados, por lo que el hecho de aprender no se vuelva en algo aburrido y rutinario, sino en encontrar su sentido y satisfacción, y por esta razón el trabajo del profesorado es fundamental, para motivar, llamar la atención del alumnado, y saber transmitir los conocimientos de forma correcta y comprensible.
Por otra parte, el trabajo educativo y la influencia del ambiente familiar es básico. Este trabajo debe realizarse desde pequeños, y se deben inculcar buenos hábitos de estudio desde un principio. Algunos de los estilos educativos negativos que más se encuentran en la práctica clínica, son: la sobreprotección, el permisivismo, el perfeccionismo, el abandono o rechazo y la actitud educativa incongruente.
Por último, también resulta muy importantes las condiciones materiales y ambientales que favorecen el estudio, como sería un espacio tranquilo, sin ruidos ni estímulos que faciliten la distracción, un espacio de trabajo correcto con material adecuado y una buena iluminación, entre otros.
En la etapa escolar los niños muestran sus capacidades intelectuales. Un nivel cognitivo inferior a la media de la población, es decir un coeficiente intelectual menor de 80, puede ser fácilmente responsable de un bajo rendimiento académico.
Entre las señales de alarma principales es necesario que nos fijemos en su rendimiento escolar, dentro de sus aprendizajes básicos como la lógica, razonamiento, lectura, escritura, comprensión, vocabulario, atención, memoria, etc., con respecto a sus compañeros.
Cuando los objetivos básicos de cada curso no se alcancen adecuadamente, y estos cada vez hacen más palpable la distancia hacia su grupo normativo tendremos que ser conscientes de las dificultades del niño e identificar su problemática para buscar los medios de ayuda adecuados con la máxima precocidad.
Los problemas lecto-escritores, así como las dificultades en el cálculo son frecuentes en la etapa escolar.
El trastorno de la lectura, se caracteriza por la presencia de dificultades en la capacidad de reconocer e interrelacionar los fonemas (sonidos de las letras) y los grafemas (formas escritas de las letras), esto puede condicionar desde dificultades serias en el aprendizaje lector (dislexia), hasta dificultades menores de carácter lecto-mecánico (lectura lenta e insegura con frecuentes errores). Asimismo, para que se considere con dificultades, la capacidad lectora debe encontrarse sustancialmente por debajo lo esperado dada la edad cronológica del niño, su coeficiente de inteligencia así como el grado de escolaridad propio a su edad evolutiva . Las dificultades lectoras siempre interfieren significativamente el rendimiento académico y en todas las actividades en las que se exige esta habilidad.
Los trastornos de la expresión escrita son aquellos en los que la grafo-motricidad y la capacidad expresiva, se encuentra en un nivel madurativo por debajo de lo que cabría esperar para edad, coeficiente de inteligencia y escolaridad adecuada. Generalmente, se observa asociada con dificultades en la capacidad del niño para comprender los textos escritos, y se manifiesta por errores gramaticales, de puntuación, en la elaboración de frases, organización pobre del contenido, múltiples errores ortográficos y disgrafía.
Dentro de las dificultades ortográficas hay que diferenciar entre disortografía natural (ruta fonológica: dificultades en la asociación entre fonema y grafema, adición, omisión e inversión de fonemas, o alteración del orden), y la disortografía arbitraria (ruta léxica: como sustitución de grafemas que suenan igual o faltas por reglas ortográficas).
Por último, referente a los déficits en el área del cálculo (discalculia), nos encontramos niños con dificultades a la hora de resolver problemas aritméticos o matemáticos, dificultades con el manejo de las reglas matemáticas, así como de las diferentes operativas, son niños en que también podemos observar dificultades de seriación o de ordenación numérica. Estas dificultades también se suelen hacer palpables con problemas de razonamiento lógico, lo que interfiere en el proceso tanto a nivel madurativo como deductivo, lo que dificulta el establecimiento de relaciones causales entre varios hechos o ideas.
La atención puede entenderse como el proceso psicológico implicado directamente en los mecanismos de selección, distribución y mantenimiento de la actividad psicológica. Bajo el rótulo de problemas atencionales, se han incluido, la distracción sobre tareas de rendimiento, las percepciones de los profesores sobre la concentración del niño, la atención selectiva, la atención dividida y la atención sostenida (probablemente la más determinante en dificultades académicas). Normalmente los padres y profesores se quejan de que el niño falla en la atención de los pequeños detalles, que tiene dificultad en mantener la atención en las diferentes actividades, parece que no escuche cuando se le habla directamente, no sigue las instrucciones y no finaliza las tareas escolares (no por negativismo), tiene dificultad en organizar sus actividades, evita trabajos que requiere de un esfuerzo mental sostenido, pierde cosas a menudo, se distrae fácilmente ante estímulos externos, o es descuidado en sus cosas.
Dentro de este apartado, podemos distinguir entre el déficit de atención sin hiperactividad ni impulsividad (cuando la conducta está preservada), y el déficit de atención con hiperactividad y/o impulsividad.
Es necesario también identificar bien los alumnos que pueden presentar un trastorno restrictivo de la atención, son niños que presentan las siguientes características:
a-Baja velocidad de procesamiento de la información (son niños excesivamente lentos)
b-Dificultades en atención selectiva (no pueden responder ante un estímulo e ignorar otros al mismo tiempo)
c-Mayor afectación de la memoria de trabajo (tienen dificultad para mantener la información dentro de la mente y operar con ella)
d-Dificultades epicríticas (su psicomotricidad fina es de baja calidad)
e-Poca popularidad y cierto aislamiento social (son bastante tímidos y tienen bajas habilidades sociales)
f-Trastornos internalizantes (tienen dificultades para expresar sus emociones)
Por otra parte, en cuanto a la memoria, habría que distinguir en primer lugar los diferentes tipos de memoria, por diferentes canales sensoriales: memoria auditiva, visual y visomotora. La primera, la auditiva, se refiere a la habilidad que tienen los niños para retener y recordar la información que les llega por el canal auditivo. La memoria visual se refiere a la habilidad para recordar con precisión experiencias visuales previas. La última, la memoria visomotora es la habilidad para reproducir experiencias visuales previas en la forma motora adecuada. También podemos hacer una distinción en referencia a la duración en que se retiene la información, en base a ello nos podemos encontrar con la memoria a corto plazo, en que se retiene la información de una manera consciente, con duración limitada (unos minutos) y con una capacidad máxima de 5 ó 6 ítems y la memoria a largo plazo, que permite mantener la información permanentemente, su capacidad es ilimitada y la información se mantiene de forma inconsciente, a no ser que la hagamos consciente cuando la queramos recuperar.
Asimismo, también tenemos la memoria semántica, que es la memoria necesaria para la utilización del lenguaje, la memoria episódica que almacena experiencias e información vital y biográfica, y la memoria de reconocimiento que nos permite reconocer o identificar algo que hemos percibido anteriormente .
A nivel escolar, se pueden observar déficits en cualquiera de los tipos mencionados, así pues nos podemos encontrar con niños que no retienen bien las explicaciones orales del profesorado, o bien muestran dificultades a la hora de estudiar con imágenes visuales, o retienen bien durante un periodo de tiempo corto pero con el transcurrir el tiempo ya no se acuerdan. Por todas estas razones, es necesario identificar bien estas variables ante un niño con un trastorno del aprendizaje escolar.
Los niños y niñas con trastorno del aprendizaje no verbal (TANV) presentan dificultades en las siguientes áreas:
1) Tienen dificultades en la integración viso-espacial: dificultades para reconocer caras, letras y números, dificultades para la resolución de problemas de cálculo y poca memoria visual. Habitualmente pueden mostrar gran atención por los pequeños detalles, obviando el conjunto global.
2) Suelen presentar un cierto retraso en el inicio de la marcha y en la adquisición de las habilidades psicomotrices.
3) Presentan dificultades en las funciones ejecutivas y habilidades organizativas: pueden presentar dificultades en generar hipótesis, planificar, organizar y generalizar soluciones.
4) A nivel de su desarrollo en orientación espacial y temporal son niños que se desorientan con facilidad y presentan dificultades para entender los conceptos de tiempo.
5) Presentan dificultades en el uso y la comprensión de la comunicación no-verbal (como las expresiones faciales) y los aspectos pragmáticos del lenguaje (ironías, doble sentido, etc.), Quieren pero no saben cómo interactuar.
6) Muestran dificultades en la comprensión de las emociones, tienen un pensamiento rígido y son emocionalmente lábiles.
7) Son niños que también tienen dificultades para adaptarse a los cambios en su rutina diaria, lo que les provoca malestar y angustia.
Hay que diferenciar el TANV con el TDA (trastorno por déficit de atención), ya que los primeros también comparten dificultades de atención, sin embargo sus dificultades atentivas son consecuencia de las limitaciones que estos niños y niñas tienen en las otras áreas comentadas