Son niños que presentan un tipo de comportamiento constante, en la que la actitud tiende a ser negativista, desafiante, desobediente, provocadora y en muchos casos hostil, dirigida principalmente a las figuras de autoridad. Entre los principales síntomas, tenemos:
• Los excesos de ira y cólera (rabietas)
• Discusiones frecuentes principalmente con los adultos, pero también con niños de su edad.
• Desafían activamente o se niegan a cumplir las demandas o normas de sus educadores.
• Llevan a cabo actos deliberados que molestan a otras personas.
• Acusan a los demás de sus propios errores o problemas de comportamiento.
• Se sienten fácilmente molestados por los demás.
• Se enfadan rápido y son resentidos.
• Habitualmente son rencorosos o vengativos.
Por último, comentar que la conducta de oposición puede tomar diversas formas, desde la pasividad extrema (no obedecer como costumbre y no hacer nada al respecto), hasta el otro extremo, como sería en forma de verbalizaciones de carácter negativo, con insultos, agresiones y hostilidad con resistencia física y agresividad hacia las figuras de autoridad en general.