Algunos trastornos del estado de ánimo se caracterizan por presentar los siguientes síntomas: euforia desmedida (alegría excesiva) e injustificada, alteración del sueño (baja necesidad de dormir), inquietud motora que puede llegar a la agitación (excesiva actividad con crisis importantes de rabia), alto nivel de vigilancia (se mantiene excesivamente expectante y en tensión), conducta agresiva y/o conducta de alto riesgo.
Si se observa, dentro del talante propio de cada niño, una variación o presencia continua de estas características, puede ser una señal de alarma clínica que habrá que evaluar para conocer el diagnóstico preciso.