El estreñimiento es una alteración en el ritmo habitual de la defecación, con aumento de la consistencia. El patrón de defecación varía según el niño y la alimentación. En bebés es anómalo menos de una vez al día y consistente, en más grandes, hasta 3 días sin evacuar y compacto y por lo general tiene más importancia si hay evacuaciones dolorosas, dolor abdominal, sangre, cansancio o vómitos. Descartadas causas pediátricas, puede ser debido a desórdenes en los horarios de la comida, mal aprendizaje de hábitos, retirada del pañal inadecuada y en mayorcitos también por vergüenza, falta de seguridad o desgana en abandonar actividades.
La diarrea es un aumento del número de evacuaciones, de forma líquida. Debe distinguirse en las seis primeras semanas de vida donde se produce una transición gradual a las deposiciones normales, éstas en la lactancia son blandas y frecuentes, y en lactancia natural, poco consistentes y frecuentes después de las comidas. Descartadas causas pediátricas, puede ser debido a hábitos alimenticios inadecuados o por ansiedad materna, transmitiendo así la ansiedad al niño, lo que puede ser causa de un posible problema al provocar que el falso trastorno físico se mantenga. El tratamiento aborda pautas conductuales y educativas que potencien unos buenos hábitos alimentarios y del control esfinterial, sin olvidar conseguir una actitud educativa adecuada en todo el entorno familiar.