Entre los 9 y los 12 meses, los hitos evolutivos más destacables son que el niño puede sentarse sin ayuda, desplazarse con agilidad hacia adelante apoyado sobre el abdomen (arrastrado) y aprender a gatear alternando la postura de sentado a gateo.
Se empieza a poner de pie, camina apoyándose en los muebles, se mantiene de pie momentáneamente sin apoyo e incluso puede dar dos o tres pasos sin apoyo.
En términos de motricidad fina, el niño pasa a utilizar la prensión de precisión (pinza pulgar-índice), y puede introducir objetos dentro de los recipientes como hitos más destacables.
En aspectos relacionados a factores cognitivos, imita gestos, utiliza objetos para su funcionalidad, encuentra objetos perdidos y explora las propiedades de los objetos, es capaz de comer sólo cogiendo los objetos con sus manos y de estirar el brazo o la pierna para colaborar cuando se le viste.
A los 9 meses, en vistas a los logros motores comentados en la etapa anterior y en ésta, podríamos encontrar como señales de alarma que el niño no se siente sin ayuda, no haga la prensión manual global o no sepa arrastrarse.
A los 12 meses constituirán señales de alarma que no haga una bipedestación con ayuda, no tenga la prensión manual fina (pulgar-índice), no manipule los objetos o no sepa gatear, no aprenda gestos (saludar o negar) y no señale o no busque objetos.