Al final de esta etapa, el niño debería haber alcanzado hitos como caminar solo, sostener objetos mientras camina, iniciar la carrera, comenzar a poder ponerse de puntillas con los pies, chutar balones y subir y bajar escaleras con apoyo.
A nivel de psicomotricidad fina debería hacer garabatos espontáneos, a nivel motriz-manipulativo volcar recipientes, vinculado al área motriz-cognitiva, empezar a establecer un juego simbólico, y en relación a la motricidad-sociabilidad, poder imitar el comportamiento de los demás .
A los 18 meses podemos valorar como señal de alarma de que el niño no camine sin ayuda, que tenga torpeza con la manipulación de las manos y que no utilice los objetos por su uso funcional.
Al 24 meses son señales de alarma si camina con torpeza, muestra incapacidad para tirar la pelota con las manos, que no suba escaleras con dos pies en cada escalón, que no dé patadas al balón, que no haya garabateo y que no imite acciones.