A nivel mental, también se producen cambios en la forma de pensar, atender o memorizar. Así pues, algunos ejemplos son la disminución de la capacidad atentiva, creativa e intelectual por parte del cannabis, el deterioro del pensamiento de los opiáceos, inhalantes, cocaína o alucinógenos, los problemas de atención y memoria de los tranquilizantes, el deterioro de la capacidad mental y emocional del alcohol, etc. Con el consumo son habitualmente muy palpables los problemas para atender y memorizar, ya que la mayoría de sustancias tóxicas disminuyen la efectividad de estos procesos mentales, pudiendo provocar alteraciones de significativa relevancia neurológica, como trastornos amnésicos y disminución de los tiempos de reacción y alerta .
Hay que conocer que una de las causas más importantes del fracaso escolar actual es el consumo de sustancias tóxicas.