En el insomnio infantil, los padres habitualmente explican que el niño nunca ha dormido bien. El síntoma que caracteriza este tipo de alteración es la dificultad para iniciar el sueño sin ayuda ni colaboración. Por la noche estos niños pueden también presentar despertares nocturnos, es decir suelen interrumpir su sueño muchas veces y tienen dificultades para volver a conciliarlo de forma espontánea y sin ayuda.
La hipersomnia es una excesiva cantidad de sueño que cursa con un incremento de la somnolencia diurna y con episodios prolongados de sueño nocturno. Es muy poco frecuente en población infantil y normalmente la encontramos como síntoma de otros trastornos en el periodo adolescente. Hay que tener en cuenta, que este síndrome tiene menos importancia cuando el niño es pequeño, ya que es normal que duerma más horas.
El síndrome de apnea del sueño infantil se caracteriza por la presencia de episodios de obstrucción parcial o total de la vías aéreas superiores que aparecen durante el sueño, en momentos de esfuerzo respiratorio. En consecuencia se producen despertares frecuentes, rompiendo el ciclo del sueño y provocando somnolencia diurna. En este caso hay siempre consultar con el pediatra.
No olvidar, que todos los trastornos comentados pueden comportar otros problemas, como mayor irritabilidad, trastornos de la atención o dificultades del desarrollo y también que los trastornos comentados pueden ser consecuencia de otras alteraciones evolutivas.