Es la etapa evolutiva que comprende desde el nacimiento hasta la etapa preescolar.
Es uno de los momentos de desarrollo con mayor capacidad de cambio ya que el cerebro todavía se está formando. En estos años un ser indefenso y sin capacidad para sobrevivir se convierte en un niño que piensa y se emociona, que habla y corre, que se relaciona y empieza a utilizar sus experiencias.
Cualquier problema tiene ahora una solución más fácil, es el mejor momento para poder prevenir, detectar, diagnosticar y tratar cualquier trastorno neurobiológico y/o psicoeducativo.
El retraso del habla puede ser de carácter simple y significa que es un habla que aparece más tardíamente si bien en forma correcta, apareciendo en el retraso simple del habla estructuras de carácter gramatical sujeto-verbo-predicado más tarde del tres y antes de los tres años y medio de edad, límite para plantear una intervención terapéutica.
Hablamos de trastorno del habla cuando ésta no se realiza correctamente porque se encuentran afectados los órganos motrices que intervienen (labios, lengua, dientes, paladar y respiración).
Encontramos cuatro tipos principales de trastornos del habla:
a) Dislalia: trastorno en la articulación de los fonemas que consiste en la ausencia, alteración o sustitución de uno o más fonemas de causa benigna o por un posible trastorno en los órganos fono-articulatorios. Encontramos 3 tipos de dislalias:
1. Evolutiva: se produce durante el desarrollo del habla hasta los 4 años (los sonidos fricativos como la "r" hasta los 5 años). Habitualmente dentro de esta edad no precisa corrección y expresa una cierta lentitud benigna de la maduración.
2. Funcional: debida a un mal funcionamiento de los órganos que intervienen en el habla. Se corrige según el sonido a partir de los cuatro años. Coincide con dificultades en el desarrollo de la psicomotricidad fina o con causas ambientales y / o educativas.
Errores más comunes:
• Sustitución: un sonido se cambia por otro al principio, medio o final de una palabra.
• Omisión: omite el fonema que no sabe pronunciar. Puede omitir una sílaba.
• Inserción: añade un sonido que no corresponde y que le sirve de apoyo.
• Distorsión: deformación del sonido debido a una imperfecta posición de los órganos.
Según el sonido afectado encontramos diferentes tipos:
. rotacismo / r /. sigmatismo / s /. lambdacismo / l /
. gammacismo / g /. deltacismo / d /, / t /. betacismo / b /, / p /
. kappacismo / k/. yeismo / ll / jotacismo / j /
3. Auditiva: debida a un déficit auditivo. Provocada muchas veces por hipoacusia intermitente causada por otitis media serosa.
b) Disglosia: dificultad en la producción oral debida a alteraciones anatómicas y / o fisiológicas (no del SNC). Puede ser labial (labio leporino), lingual (frenillo corto), mandibular (alteración de la oclusión) o palatina (paladar ojival).
c) Disartria: dificultad en la producción oral debida a una lesión del SNC.
d) Disfemia o tartamudez: es un trastorno que afecta la fluidez del habla. Hablaremos de disfemia cuando el niño al hablar repite o prolonga involuntariamente parte de una palabra o sonido y, además se observa una conducta de esfuerzo como el desvío de la mirada o mover la cabeza.
Entre los 3 y 4 años prácticamente todos los niños titubean al hablar y pueden repetir sílabas o palabras. Esta forma de hablar se llama disfemia transitoria benigna, no precisa tratamiento y se supera con la edad
El lenguaje se va perfeccionando e integrando hasta los seis años, aproximadamente. Hablaremos de retraso en el lenguaje cuando hay una ausencia de desarrollo del lenguaje en la edad en que normalmente se presenta. Algunas consecuencias del retraso del lenguaje son:
• Problemas para comunicarse: entender y expresarse.
• Dificultades en el aprendizaje lectoescritor.
• Dificultades en el aprendizaje de normas sociales y de conducta.
Criterios evolutivos:
• 0-3 meses: Puede llorar y gritar. Reacciona a los ruidos. Sonidos guturales.
• 3-6 meses: Inicio del balbuceo (pan-pan, ba-ba, ma-ma). Sonríe. Reacciona a la voz adulta.
• 6-9 meses: Dice sílabas aisladas (la, ma, ca). Responde vocalmente al estímulo y el espejo.
• 9-12 meses: Imita sonidos. Dice mamá, papá.
• 12-15 meses: Puede decir 2-4 palabras familiares.
• 15-18 meses: Puede decir unas 5 palabras.
• 18-21 meses: 10 o más palabras.
• 21-24 meses: 20-50 palabras. Combina dos o más palabras en forma de argot. Expresa necesidades.
• 24 meses: Puede usar el yo, mi, tú. Dice su nombre.
• 30 meses: Dice su nombre y apellidos. Empieza a hacer frases simples, gramaticalmente incorrectas.
• 3 años: Pregunta dónde, cómo, por qué. Frases con sujeto, verbo y predicado.
• 4 años: Frases de 6-8 palabras. Puede conjugar los tiempos verbales.
La ausencia de estos criterios puede ser una señal de alarma.
Cuando hablamos de alteraciones leves de la comunicación e interacción social nos referimos, principalmente, a aquellos niños que les cuesta hacer amigos y relacionarse con los demás por un factor de timidez y / o inhibición en situaciones de relación social. Habitualmente, son niños con un temperamento ansioso que si no controlan, puede provocar patología. Las señales de alarma las resumimos en:
• Tiene miedo a hablar con otras personas
• Le cuesta responder cuando un adulto interacciona con él.
• Prefiere estar solo
• Habla poco y / o habla flojito
• Muestra una mayor dependencia de las figuras de referencia
• Tiene un contacto ocular pobre o limitado
• Prefiere los grupos reducidos
• Tiende a ser poco expresivo
En este apartado valoramos la calidad de las capacidades del niño de 0 a 4 años en sus habilidades de comunicación verbal y no verbal y en la interacción social recíproca, independientemente del nivel de lenguaje que tenga el niño y de sus capacidades cognitivas . En términos psicopatológicos estaríamos hablando de la presencia de posibles trastornos del espectro autista.
Los siguientes criterios son signos de alarma:
• Muestra un contacto visual pobre, cuesta que mire o mantener la mirada.
• No sonríe a otras personas.
• Raramente comunica emociones con su expresión facial, es poco expresivo.
• No se interesa por otros niños o adultos.
• No tiene interés en compartir con otras personas cosas que le gustan.
• No da objetos a sus padres ni tampoco señala.
• Su lenguaje es muchas veces ecolálico (repetición del habla).
• Sus frases son a menudo vocalizaciones sin significado y estereotipadas.
• En omisión de lenguaje, no hay un uso espontáneo de gestos, o su uso es inapropiado.
• No muestra juego simbólico.
• Su juego puede ser repetitivo y utiliza los objetos de manera no funcional.
• Presenta comportamientos estereotipados